lunes, 31 de agosto de 2009

"No hay política cultural en los museos"

Entrevista // Lorena González, curadora y profesora de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela

"Siento que en los museos nacionales existe un abandono que le está costando cada vez más caro al país"


El abandono que han experimentado los museos nacionales durante la década del gobierno del presidente Hugo Chávez les está costando muy caro a los venezolanos. Así lo afirma la curadora y profesora de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, Lorena González, quien además hace hincapié en que será un costo irreparable para la historia cultural nacional, que nunca se va a poder recuperar.

"Existe algo lamentable: el silencio editorial en el que se han insertado todos los museos en estos últimos 10 años con los catálogos. Ese es el curso de una generación de una década que no tiene publicaciones, que no existe. Las galerías comerciales por más que puedan sostenerlo no tienen la infraestructura, no tienen la posibilidad. Ni tampoco deberían de tenerla, porque ninguna galería comercial debe cumplir el papel del Estado, del museo", dice González.

-¿Es decir que se habla de un costo histórico?

-Es un costo histórico irrecuperable. No hay catálogos, más allá que en algunas publicaciones de las galerías. Pero no es lo mismo. ¿Cómo recuperamos 10 años? Además, también las colecciones se paralizaron. Más nunca adquirieron piezas. Recuperar todo ese tiempo sería un costo altísimo, porque se deben contratar investigadores y buscar piezas. Y por más esfuerzos que hagas nunca vas a poder tapar esos vacíos. Allí hay 10 años y vamos para más. ¡Estamos paralizados!

-Entonces, ¿cuál es la situación actual de los museos?

-Hay una situación detenida. Algunos proyectos se hacen: la sede de la Galería de Arte Nacional, que es magnífica; hay algunas exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo y en el Museo Alejandro Otero. Pero en líneas generales la producción está bastante paralizada. Lo más delicado es que los museos reflejan la situación del país. Es la conducta de los venezolanos frente a los problemas. Aquí hubo tres modelos museológicos importantes: el Miguel Arroyo, con museo como experiencia estética; el de Manuel Espinoza, que comprendió que había que educar, inició las visitas guiadas, los talleres; y el de Sofía Ímber, el museo comunicacional que llegara a todos los rincones. Pero en lugar de tomar lo mejor de los tres modelos, lo que se hizo fue acabar con todo, y no promover una línea de desarrollo. Es gravísimo que teniendo los museos los artistas jóvenes estén desesperados porque no hay dónde exponer.

-En esa idea de "acabar con todo" se prescindió de los mejores curadores, museólogos e investigadores...

-Te hablé de los modelos de museo, porque ese es el punto. Cuando se hacen los cambios ciertamente tenían que reestructurarse y definirse los modelos. ¡Pero no! Se comenzó a identificarse con la personalidad. Entonces, el museo comunicacional que es Sofía Ímber desaparece por los roces que alguien tuvo con ella. Es no tener la capacidad de visualizar qué se debe hacer o corregir. ¡Lo que se hizo fue arrasar! Hasta se cambiaron los perfiles de los museos, algo fundamental. El perfil otorga las líneas sustanciales en el desarrollo no sólo del testimonio del arte actual sino, además, de la difusión de artistas y espectadores.

-¿Ese cambio de perfil ha tenido relación con las personas que han dirigido en su momento la Fundación Museos Nacionales?

-Sí, eso ha pasado un poco. Pero tengo la sensación de que no saben qué hacer. Por ejemplo, el Iartes tiene buenas propuestas y está apoyando al arte venezolano. Pero siento que en los museos existe un abandono que le está costando cada vez más caro al país. Son infraestructuras que si no las atiendes se desmoronan. La sala principal del MAO tiene un hueco en el techo. Esas cosas cuestan, y mucho.

-¿Se le están viendo las costuras a los museos? El Bellas Artes tiene filtraciones, el MAO está en pésimas condiciones...

-Sí. Es como todo: si lo abandonas se daña. ¡Es insólito que se inaugure la Galería de Arte Nacional y toda esa infraestructura se esté cayendo! En cierto modo funcionaba. Estuvo activa por mucho tiempo. Son 10 años de no hacer nada en los museos.

-¿Se justifican las condiciones de los museos, con la cantidad de dinero que ha manejado el gobierno de Chávez?

-¡Claro que no! ¿Cuáles son los fines del abandono? La verdad, no lo sé. La sensación que tengo es que hay voluntades cruzadas que son muy personalizadas. Es como si no les importara. No ha habido una programación sostenida para desarrollar una línea de investigación, más allá de la colección. Creo que la orden es: trabajen con la colección. ¿Dónde está el presupuesto? Tiene que existir para sostener la infraestructura, para hacer exposiciones, investigación. Yo trabajé en el Museo Alejandro Otero y durante el año teníamos entre 10 y 15 exposiciones. ¡10 y 15! Ahora no pasan de dos. Es una situación muy grave, también internacionalmente.

-¿Un costo internacional?

-Nuestros museos eran muy importantes para Latinoamérica. Había una situación de visibilidad importante y para algún artista pasar por un museo de Venezuela significaba un interés para su carrera. ¡Y claro que se siente! Gente de afuera me pregunta ¿qué pasó con los museos en Venezuela? ¡Nosotros teníamos una presencia!

-El hecho de que un artista exponga en el museo y otro no pueda hacerlo, ¿sería un costo político?

-Yo entiendo que hay una situación de mucha radicalización y que no es justificable ni de un lado ni del otro. Hay que empezar a ver cómo te empiezas a insertar en los museos y cómo te apropias de los espacios. ¿Que existen artistas que no quieran exponer en los museos por algún tinte político? Pero es que tampoco los están llamando a exponer, porque no hay una programación. Además, ¿dónde están esos artistas de la revolución? ¿Dónde?

-¿Al parecer, ahora el Museo de Arquitectura y el de Arte Popular quieren la antigua sede de la GAN, en Bellas Artes?

-Yo me pregunto: ¿dónde está el Museo de Arquitectura o el de Arte Popular? ¿Dónde están esos lineamientos, la visión, misión o valor? ¿Dónde están las personas que se encargarían de eso? Tengo la sensación de que están montados con unas iniciativas muy superficiales que tienen sentimientos de particulares. ¿Por qué se acaba con todo?

-El viceministro de Cultura, José Manuel Rodríguez, dijo que Venezuela devolvería a su país de origen las colecciones chinas, egipcias...

-¡Por favor! No. La cosa más comercial del mundo es la porcelana china y esa se hizo para vender. Sin comentarios.

-¿El problema principal de los empleados de los museos no es el sueldo sino la infraestructura de su trabajo?

-¡Eso es lo que hay! No hay una línea clara y definida sobre qué es lo que va a pasar con eso. Tienen que respondernos: ¿el museo se va a perder? Llega un punto donde es una situación desangrante, difícil, agotadora y además se refleja el país. Es lo mismo que desangrar a una persona, amenazarla, desangrar a un medio. Empieza una letanía y allí la gente se va debilitando y pasa lo que ellos quieren que pase. Ya son 10 años de esta situación. Sí te pagamos el sueldo pero no tienes presupuesto para hacer una exposición. Además, los curadores jóvenes no tenemos generación de relevo. No la hay porque el museo se había constituido como el sitio de educación de las artes visuales. Eso me parece preocupante. Se cambian los perfiles, desajustan la infraestructura, desestabilizan los lugares de educación y paralizan la generación de relevo. ¡Estamos hablando de otra historia que, me imagino, nos contara el Unearte!

-Es decir, ¿es una cultura de destrucción y no de construcción?

-Depende. Ellos seguramente también van a construir otra cosa. Es la sensación que tengo. Hay algo de silenciar para destruir. ¡Se está destruyendo! Pero la política ahora es nula, no existe. No hay política cultural en los museos. Es como una parálisis. Igual, me imagino que van a construir de otra manera. Para mí es una incógnita.


Publicado en El Universal
Caracas, lunes 31 de agosto de 2009