miércoles, 19 de agosto de 2009

Ideas, acción y resistencia


Publicada a las 06:15 AM del 18 de Agosto de 2009 | El Nacional

Lo veíamos venir. Algunos lo evadieron. Otros negociaron. La mayoría nos confundimos y pensamos que nunca pasaría, pero pasó, y el desmantelamiento de las instituciones museísticas es hoy una realidad. Con el lema de la "democratización cultural" se anuló la autonomía para los museos como centros de acción cultural. En el orden administrativo todas las instituciones perdieron la posibilidad no sólo de gerenciar sus propios recursos, sino incluso de recibir aportes de fundaciones y empresas privadas que pudieran cristalizar los proyectos en curso.

En el orden estructural se cuestionaron los roles de los trabajadores, se abandonaron las infraestructuras y las líneas de investigación, para finalmente congelar las políticas culturales.

En la actualidad, ninguna de estas instituciones tiene un programa expositivo a futuro más allá de la exhibición de la colección.

Las razones: no hay presupuesto. Sin embargo, desde algunas instituciones se siguen construyendo lugares para la discusión y la diversidad. Tal es el caso del Museo Alejandro Otero donde actualmente se exhiben dos exposiciones inauguradas a finales del mes de junio y que estarán abiertas hasta el mes de octubre. La primera, ubicada en la entrada, corresponde a un estudio titulado 2en1, activo diálogo entre las dos líneas que forman la colección de este museo: por un lado, el patrimonio correspondiente a los siglos XVIII y XIX (compuesto por pinturas, grabados y estampas), y por el otro, la colección de arte venezolano y latinoamericano moderno y contemporáneo. El juego discursivo, construido a través del cruce "en pares" de obras pertenecientes a cada una de estas dos líneas, genera un lúdico conjunto que hace de esta exhibición una apuesta museográfica idónea para desarrollar valiosos temas educativos en torno a las relaciones entre los elementos formales y conceptuales del arte en distintas épocas.

La segunda exposición lleva por título Visiones urba- nas, y es una colectiva de 16 artistas venezolanos que abordan a través de diversos formatos, reflexiones en torno al tema de la ciudad.

La exhibición ocupa las salas 4 y 5 del Museo Alejandro Otero y destaca por el despliegue de un caleidoscopio urbano donde obras como el Video 4 de Zeinab Bulhosen (en el que un vendedor de banderas venezolanas realiza su recorrido mientras escuchamos textos críticos de nuestra realidad tomados de personalidades como Cabrujas, Britto García o el padre Ugalde), o el video-ensamblaje Quinta reaccionaria del artista Luis Poleo (quien nos confronta con una irónica mirada sobre los sistemas totalitarios de poder y propaganda), se constituyen como inquietantes propuestas que reflexionan sobre quiénes somos y sobre lo que está pasando en nuestro país.

Está de más decir que el presupuesto para estas exhibiciones salió de los insumos reunidos entre artistas y trabajadores; está de más decir que el Museo no tiene aire y que las salas 2 y 3, las principales, se están cayendo por una filtración. Lo que sí no está de más decir es que en los tiempos aciagos que vivimos estas iniciativas se agradecen; nos recuerdan que el valor de una idea, por más pequeña que sea, puede transformarse en un noble y bien logrado gesto de acción y resistencia.

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