lunes, 31 de agosto de 2009

"No hay política cultural en los museos"

Entrevista // Lorena González, curadora y profesora de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela

"Siento que en los museos nacionales existe un abandono que le está costando cada vez más caro al país"


El abandono que han experimentado los museos nacionales durante la década del gobierno del presidente Hugo Chávez les está costando muy caro a los venezolanos. Así lo afirma la curadora y profesora de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, Lorena González, quien además hace hincapié en que será un costo irreparable para la historia cultural nacional, que nunca se va a poder recuperar.

"Existe algo lamentable: el silencio editorial en el que se han insertado todos los museos en estos últimos 10 años con los catálogos. Ese es el curso de una generación de una década que no tiene publicaciones, que no existe. Las galerías comerciales por más que puedan sostenerlo no tienen la infraestructura, no tienen la posibilidad. Ni tampoco deberían de tenerla, porque ninguna galería comercial debe cumplir el papel del Estado, del museo", dice González.

-¿Es decir que se habla de un costo histórico?

-Es un costo histórico irrecuperable. No hay catálogos, más allá que en algunas publicaciones de las galerías. Pero no es lo mismo. ¿Cómo recuperamos 10 años? Además, también las colecciones se paralizaron. Más nunca adquirieron piezas. Recuperar todo ese tiempo sería un costo altísimo, porque se deben contratar investigadores y buscar piezas. Y por más esfuerzos que hagas nunca vas a poder tapar esos vacíos. Allí hay 10 años y vamos para más. ¡Estamos paralizados!

-Entonces, ¿cuál es la situación actual de los museos?

-Hay una situación detenida. Algunos proyectos se hacen: la sede de la Galería de Arte Nacional, que es magnífica; hay algunas exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo y en el Museo Alejandro Otero. Pero en líneas generales la producción está bastante paralizada. Lo más delicado es que los museos reflejan la situación del país. Es la conducta de los venezolanos frente a los problemas. Aquí hubo tres modelos museológicos importantes: el Miguel Arroyo, con museo como experiencia estética; el de Manuel Espinoza, que comprendió que había que educar, inició las visitas guiadas, los talleres; y el de Sofía Ímber, el museo comunicacional que llegara a todos los rincones. Pero en lugar de tomar lo mejor de los tres modelos, lo que se hizo fue acabar con todo, y no promover una línea de desarrollo. Es gravísimo que teniendo los museos los artistas jóvenes estén desesperados porque no hay dónde exponer.

-En esa idea de "acabar con todo" se prescindió de los mejores curadores, museólogos e investigadores...

-Te hablé de los modelos de museo, porque ese es el punto. Cuando se hacen los cambios ciertamente tenían que reestructurarse y definirse los modelos. ¡Pero no! Se comenzó a identificarse con la personalidad. Entonces, el museo comunicacional que es Sofía Ímber desaparece por los roces que alguien tuvo con ella. Es no tener la capacidad de visualizar qué se debe hacer o corregir. ¡Lo que se hizo fue arrasar! Hasta se cambiaron los perfiles de los museos, algo fundamental. El perfil otorga las líneas sustanciales en el desarrollo no sólo del testimonio del arte actual sino, además, de la difusión de artistas y espectadores.

-¿Ese cambio de perfil ha tenido relación con las personas que han dirigido en su momento la Fundación Museos Nacionales?

-Sí, eso ha pasado un poco. Pero tengo la sensación de que no saben qué hacer. Por ejemplo, el Iartes tiene buenas propuestas y está apoyando al arte venezolano. Pero siento que en los museos existe un abandono que le está costando cada vez más caro al país. Son infraestructuras que si no las atiendes se desmoronan. La sala principal del MAO tiene un hueco en el techo. Esas cosas cuestan, y mucho.

-¿Se le están viendo las costuras a los museos? El Bellas Artes tiene filtraciones, el MAO está en pésimas condiciones...

-Sí. Es como todo: si lo abandonas se daña. ¡Es insólito que se inaugure la Galería de Arte Nacional y toda esa infraestructura se esté cayendo! En cierto modo funcionaba. Estuvo activa por mucho tiempo. Son 10 años de no hacer nada en los museos.

-¿Se justifican las condiciones de los museos, con la cantidad de dinero que ha manejado el gobierno de Chávez?

-¡Claro que no! ¿Cuáles son los fines del abandono? La verdad, no lo sé. La sensación que tengo es que hay voluntades cruzadas que son muy personalizadas. Es como si no les importara. No ha habido una programación sostenida para desarrollar una línea de investigación, más allá de la colección. Creo que la orden es: trabajen con la colección. ¿Dónde está el presupuesto? Tiene que existir para sostener la infraestructura, para hacer exposiciones, investigación. Yo trabajé en el Museo Alejandro Otero y durante el año teníamos entre 10 y 15 exposiciones. ¡10 y 15! Ahora no pasan de dos. Es una situación muy grave, también internacionalmente.

-¿Un costo internacional?

-Nuestros museos eran muy importantes para Latinoamérica. Había una situación de visibilidad importante y para algún artista pasar por un museo de Venezuela significaba un interés para su carrera. ¡Y claro que se siente! Gente de afuera me pregunta ¿qué pasó con los museos en Venezuela? ¡Nosotros teníamos una presencia!

-El hecho de que un artista exponga en el museo y otro no pueda hacerlo, ¿sería un costo político?

-Yo entiendo que hay una situación de mucha radicalización y que no es justificable ni de un lado ni del otro. Hay que empezar a ver cómo te empiezas a insertar en los museos y cómo te apropias de los espacios. ¿Que existen artistas que no quieran exponer en los museos por algún tinte político? Pero es que tampoco los están llamando a exponer, porque no hay una programación. Además, ¿dónde están esos artistas de la revolución? ¿Dónde?

-¿Al parecer, ahora el Museo de Arquitectura y el de Arte Popular quieren la antigua sede de la GAN, en Bellas Artes?

-Yo me pregunto: ¿dónde está el Museo de Arquitectura o el de Arte Popular? ¿Dónde están esos lineamientos, la visión, misión o valor? ¿Dónde están las personas que se encargarían de eso? Tengo la sensación de que están montados con unas iniciativas muy superficiales que tienen sentimientos de particulares. ¿Por qué se acaba con todo?

-El viceministro de Cultura, José Manuel Rodríguez, dijo que Venezuela devolvería a su país de origen las colecciones chinas, egipcias...

-¡Por favor! No. La cosa más comercial del mundo es la porcelana china y esa se hizo para vender. Sin comentarios.

-¿El problema principal de los empleados de los museos no es el sueldo sino la infraestructura de su trabajo?

-¡Eso es lo que hay! No hay una línea clara y definida sobre qué es lo que va a pasar con eso. Tienen que respondernos: ¿el museo se va a perder? Llega un punto donde es una situación desangrante, difícil, agotadora y además se refleja el país. Es lo mismo que desangrar a una persona, amenazarla, desangrar a un medio. Empieza una letanía y allí la gente se va debilitando y pasa lo que ellos quieren que pase. Ya son 10 años de esta situación. Sí te pagamos el sueldo pero no tienes presupuesto para hacer una exposición. Además, los curadores jóvenes no tenemos generación de relevo. No la hay porque el museo se había constituido como el sitio de educación de las artes visuales. Eso me parece preocupante. Se cambian los perfiles, desajustan la infraestructura, desestabilizan los lugares de educación y paralizan la generación de relevo. ¡Estamos hablando de otra historia que, me imagino, nos contara el Unearte!

-Es decir, ¿es una cultura de destrucción y no de construcción?

-Depende. Ellos seguramente también van a construir otra cosa. Es la sensación que tengo. Hay algo de silenciar para destruir. ¡Se está destruyendo! Pero la política ahora es nula, no existe. No hay política cultural en los museos. Es como una parálisis. Igual, me imagino que van a construir de otra manera. Para mí es una incógnita.


Publicado en El Universal
Caracas, lunes 31 de agosto de 2009

El MAO se niega a morir


El Alejandro Otero es el museo nacional que en peores condiciones se encuentra


Para los habitantes de la parroquia Coche, el Museo Alejandro Otero es mucho más que un simple templo del arte contemporáneo venezolano. Es el único centro de actividades dentro de la zona que les brinda esparcimiento a grandes y a chicos. Sólo por esa razón las especulaciones sobre el cierre de la institución los hizo alzar su voz de protesta. Pues, hasta para ellos, era imposible no dudarlo.

Los mismos miembros de educación del museo se lo habían advertido: había más de una razón para bajar la santamaría del arte que tiene vida en La Rinconada. Por un lado, el próximo vencimiento del comodato del edificio, propiedad del Instituto Nacional de Hipódromos. Luego, los cuatro años sin aire acondicionado que tiene la institución y los cinco sin ascensor.

Además de las filtraciones en las salas, las inundaciones cuando llueve, la poca producción expositiva y la falta de agua potable. Condiciones de trabajo realmente adversas, según lo estipula la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.

Incluso, los vidrios del edificio, parte de la fachada del MAO, que fueron reparados ya hace un año, muestran signos de agrietamiento por efecto del sol, lo que supondría un riesgo para trabajadores y visitantes. Eso sin contar que al llover las instalaciones se inundan. Y que las salas 2 y 3 (en esta última se realiza el plan vacacional) están cerradas por filtraciones en paredes y techo.

"Cuando el sol calienta los vidrios de la entrada el calor es insoportable. Además, suenan como si se fueran a partir. Ya hay muchos agrietados. Algunos trabajan con paltó y corbata y a veces no los aguantan", dijo un trabajador que prefiere resguardar su nombre.

De hecho, ya se hablaba del destino de la colección: las piezas de arte venezolano irán a las bóvedas de la Galería de Arte Nacional; y las de origen latinoamericano las mudarían al Museo de Bellas Artes. Sin embargo, a pesar de todo esto, el MAO sigue siendo vital para su comunidad.

"En la parroquia de Coche lo único que tenemos es el Museo. ¿Te imaginas si lo cierran?", se pregunta Felipe Franco, habitante de la zona y quien trabaja con el Grupo Artístico Coche que hace vida en el MAO. "Se comenzó a decir que iban a cerrarlo porque allí no queda nada. Una que otra exposición, pues las condiciones no se prestan para hacer más. Falta el mantenimiento. Nos dijeron que eso ahora depende de la Fundación Museos Nacionales y no del Alejandro Otero como antes. Sin embargo, allí se hacen muchas otras actividades. Por ejemplo, el Club de Abuelos o los planes vacacionales. Ahora hay una exposición del pintor Roberto González", afirma Franco.

Especulaciones o no, los habitantes de Coche organizaron, junto con los trabajadores del museo una asamblea, el pasado 4 de agosto, a la que asistieron el viceministro de Identidad y Diversidad Cultural del Ministerio de Cultura, José Manuel Rodríguez, la presidenta de la Fundación Museos Nacionales (FMN), Victoria Galarraga y Jacqueline Rousset, directora general de la FMN. La finalidad: dejar bien claro que ellos no iban a permitir el cierre del museo.

Para Jorge Moreno, representante del Sindicato de Trabajadores de los Museos, la reunión resultó ser muy productiva, pues la comunidad estaba dispuesta a todo para evitar el cierre de la institución. "Como el edificio está en comodato, pedían era el cierre del Hipódromo y no el del museo. Para ellos eso sí sería revolución. Allí se llevaron hasta abogados, le prohibían al ministro Héctor Soto cerrar el MAO. Es un espacio ganado y nadie iba a permitir su cierre. Estamos hablando de un museo de la comunidad", afirma Moreno.

Según Marlene Carrillo, una de las directoras del Club de los Abuelos que hace vida en el Museo Alejandro Otero, para ellos fue preocupante escuchar que iban a cerrar el museo. "Es como si nos quitaran nuestra casa. Su cierre nos afectaría muchísimo. Allí adentro recibimos ayuda de todos, a pesar de los problemas que tienen para poder laborar. ¿Te imaginas cómo fuera si tuvieran mejores condiciones de trabajo? En el MAO los abuelos son felices. Nos prometieron que iban a solucionar todo", dijo.

El viceministro Rodríguez afirmó en ese encuentro que el cierre había sido un simple rumor generado por los medios de comunicación. Además, se comprometía a mejorar las condiciones del edificio. Pero hasta ahora, sólo se ha logrado iniciar los trabajos para colocar unos aires en las oficinas.

Los problemas aún continúan. Uno empleado del museo, quien prefiere el anonimato, afirma que perdió la cuenta desde cuándo no sirven los ascensores ni el aire acondicionado. "Algo tan simple como el agua potable, aquí no hay. Durante cinco años han venido a arreglar el ascensor dos veces y siempre termina dañado. Subimos y bajamos a cada rato.

"¡Aquí no sirve nada!", confiesa la fuente.

Dubraska Falcón
EL UNIVERSAL, Caracas, domingo 30 de agosto 2009

miércoles, 19 de agosto de 2009

Ideas, acción y resistencia


Publicada a las 06:15 AM del 18 de Agosto de 2009 | El Nacional

Lo veíamos venir. Algunos lo evadieron. Otros negociaron. La mayoría nos confundimos y pensamos que nunca pasaría, pero pasó, y el desmantelamiento de las instituciones museísticas es hoy una realidad. Con el lema de la "democratización cultural" se anuló la autonomía para los museos como centros de acción cultural. En el orden administrativo todas las instituciones perdieron la posibilidad no sólo de gerenciar sus propios recursos, sino incluso de recibir aportes de fundaciones y empresas privadas que pudieran cristalizar los proyectos en curso.

En el orden estructural se cuestionaron los roles de los trabajadores, se abandonaron las infraestructuras y las líneas de investigación, para finalmente congelar las políticas culturales.

En la actualidad, ninguna de estas instituciones tiene un programa expositivo a futuro más allá de la exhibición de la colección.

Las razones: no hay presupuesto. Sin embargo, desde algunas instituciones se siguen construyendo lugares para la discusión y la diversidad. Tal es el caso del Museo Alejandro Otero donde actualmente se exhiben dos exposiciones inauguradas a finales del mes de junio y que estarán abiertas hasta el mes de octubre. La primera, ubicada en la entrada, corresponde a un estudio titulado 2en1, activo diálogo entre las dos líneas que forman la colección de este museo: por un lado, el patrimonio correspondiente a los siglos XVIII y XIX (compuesto por pinturas, grabados y estampas), y por el otro, la colección de arte venezolano y latinoamericano moderno y contemporáneo. El juego discursivo, construido a través del cruce "en pares" de obras pertenecientes a cada una de estas dos líneas, genera un lúdico conjunto que hace de esta exhibición una apuesta museográfica idónea para desarrollar valiosos temas educativos en torno a las relaciones entre los elementos formales y conceptuales del arte en distintas épocas.

La segunda exposición lleva por título Visiones urba- nas, y es una colectiva de 16 artistas venezolanos que abordan a través de diversos formatos, reflexiones en torno al tema de la ciudad.

La exhibición ocupa las salas 4 y 5 del Museo Alejandro Otero y destaca por el despliegue de un caleidoscopio urbano donde obras como el Video 4 de Zeinab Bulhosen (en el que un vendedor de banderas venezolanas realiza su recorrido mientras escuchamos textos críticos de nuestra realidad tomados de personalidades como Cabrujas, Britto García o el padre Ugalde), o el video-ensamblaje Quinta reaccionaria del artista Luis Poleo (quien nos confronta con una irónica mirada sobre los sistemas totalitarios de poder y propaganda), se constituyen como inquietantes propuestas que reflexionan sobre quiénes somos y sobre lo que está pasando en nuestro país.

Está de más decir que el presupuesto para estas exhibiciones salió de los insumos reunidos entre artistas y trabajadores; está de más decir que el Museo no tiene aire y que las salas 2 y 3, las principales, se están cayendo por una filtración. Lo que sí no está de más decir es que en los tiempos aciagos que vivimos estas iniciativas se agradecen; nos recuerdan que el valor de una idea, por más pequeña que sea, puede transformarse en un noble y bien logrado gesto de acción y resistencia.

lunes, 17 de agosto de 2009

La Galería de Arte Nacional, eterna espera




¿Sabías que la nueva sede de la Galería de Arte Nacional (en el Paseo Vargas, Av. México) aún no está terminada? El museo del arte venezolano esperó 32 años para tener sede propia, mientras ocupaba el edificio original del Museo de Bellas Artes. Una primera "inauguración" -de salas a medio terminar- tuvo lugar en el año 2006, con la exposición "Miranda y su tiempo", una muestra que se hizo por encargo del Ministerio de Cultura. En 2008, se apresuró de nuevo la obra con el fin de tener un punto más en la lista de logros del año electoral. La muestra "Arte venezolano de todos los tiempos" se inauguró en 2009, pero el edificio sigue sin terminarse y la obra está practicamente paralizada. Faltan por culminar oficinas y las bóvedas para albergar las colecciones. ¿Dónde están los recursos para terminar el edificio para el museo del arte venezolano? ¿Dónde está la promoción para dar a conocer la el cambio de sede? ¿Por qué nadie visita la GAN, será que no saben de la mudanza? ¿No merecen la GAN y su público un edificio culminado y habitable?

jueves, 13 de agosto de 2009

¡Bienvenidos!


Los museos venezolanos han perdido poco a poco su sentido, su norte. Si bien es cierto que no es sólo responsabilidad del actual gobierno el estado de la cultura y sus instituciones, la gestión cultural de los últimos 10 años parece haber tenido un único objetivo: dejar que los museos mueran de mengua paulatinamente.

Estamos realizando un esfuerzo por mostrar al país no sólo el estado de nuestros museos, sino el camino que durante los últimos 10 años ha sido andado para llegar al punto en el cual hoy se encuentran. Consideramos esto un deber, porque el ser ciudadanos genera grandes responsabilidades, de lo contrario seríamos únicamente “habitantes parasitarios”.

Nuestro primer objetivo es informar. Nuestro segundo objetivo es comprender que una vez que tenemos la información, las excusas desaparecer y es inevitable asumir nuestra ciudadanía.

Los museos venezolanos nos necesitan. Desde el ejemplo del Museo de Bellas Artes de Caracas, primer museo de arte del país, decano de la actividad museística en Venezuela, debemos tender la mano a todos los demás. La colaboración de todos es bienvenida.

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Volantes por el MBA (I Parte)

Por el Museo de Bellas Artes de Caracas, disfruta del slideshow, copia y distribuye las imágenes por el medio que desees. Informar, sensibilizar y activar las visitas al MBA es importante. Un museo sin público no tiene sentido. ¡Sólo el público puede exigir el museo que desea!

(Haz click sobre cualquiera de las imágenes para verlas más grandes y en mejor resolución)

Trabajadores culturales reparten volantes de protesta en los museos

El panfleto hacía mención a los costos de las últimas exposiciones del MBA

El domingo 3 de agosto, los trabajadores de la Fundación Museos Nacionales entregaron panfletos de protesta por el proceso de homologación laboral durante la inauguración de la exposición del fotógrafo René Burri: Un mundo y la clausura de la muestra de Emiliano Zapata. Tierra y libertad en las afueras del Museo de Bellas Artes

Según los trabajadores, a las autoridades de la Fundación Nacional de Museos no les agradó la actividad de protesta, por lo que intercambiaron gritos e improperios con los empleados.

El volante, identificado con logos del Ministerio, la Misión Cultura y el Museo de Bellas Artes, reza: "Este domingo 3 de agosto de 2008 en el Museo de Bellas Artes: en la sala 1, clausura Emiliano Zapata: tierra y libertad, exhibición que costó la módica suma de 100.000 dólares; y en la sala 3, inaugura la muestra René Burri. Un mundo, exhibirla costó la módica suma de 35.000 dólares".

En la parte inferior de la hoja los trabajadores de la Fundación reflexionan sobre el dinero que reciben por su trabajo: "Ofrecer un sueldo decente a los museógrafos, museólogos, educadores, guías de sala, delegados de seguridad y a todos aquellos que hacen posible estas 'espléndidas y costosas' exposiciones, debería ser una prioridad de la Fundación Museos Nacionales y especialmente del Ministro del Poder Popular para la Cultura. Nota: el proceso de 'igualación' dejó a 80% de los trabajadores de los museo ganando 799 bolívares fuertes; a otros los bajaron de cargo (despido indirecto) y los que corrieron con peor suerte parece que ni miraron sus expedientes".

La directora de la Fundación Nacional de Museos, Zuleiva Vivas, no ha contestato las peticiones de los trabajadores, pues se encuentra en Corea.

Dubraska Falcón


(EL UNIVERSAL, martes 05 de agosto de 2008)

La gente del Bellas Artes no quiere volver a quedarse sin el espacio rescatado


El Museo de Bellas Artes tendrá que volver a compartir los espacios que durante treinta años ocupó la Galería de Arte Nacional. ¿El motivo? Una nueva sede para el Museo Nacional de Arte Popular (MNAP).

Un vocero de la Fundación Museos Nacionales, que prefiere el anonimato por temor a represalias, señala que el Museo de Arte Popular ya tiene incluso un plan educativo y una cronología de actividades, entre las cuales figura la exhibición de una selección de obras de lo que fue la colección del fotógrafo Mariano Díaz, quien donó íntegramente su patrimonio artístico para dotar a la nueva institución.

Tal colección consta de entre mil cuatrocientas a mil quinientas piezas, según reseña la página web del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Se plantean varias posibilidades para la sede del Museo de Arte Popular. La primera es ocupar lo que antes ocupó la GAN, bajo el argumento de la directora Luisa Carrera de que "los artistas populares consideran importante exhibir sus obras en lo que es el templo nacional de las artes".

La otra posibilidad es que se muden a la nueva sede de la GAN, pero Élida Salazar se niega a compartir las colecciones. Otra propuesta es que los artistas populares se vayan al Museo Arturo Michelena, en La Pastora, y la colección de Michelena pase al patrimonio de la GAN, pero en este caso son los pastoreños los que se niegan a quedarse sin su emblemático pintor. Finalmente se propone la sede del Museo Alejandro Otero, en La Rinconada, cuya colección es de apenas 300 obras, de las cuales sólo 40 son del MAO y el resto, en comodato, le pertenece al Instituto Nacional de Hipódromos.

(EL UNIVERSAL, 24 de Junio de 2009)

La cultura sufre un recorte dramático

A los museos se les redujo hasta 85%. Mientras que el cine recortó 40%

Los museos nacionales tendrán para 2009 que planificar las exposiciones y las publicaciones con tan sólo 15% del presupuesto general (Oswer Díaz Mireles)

La reducción llegó a la cultura. Y con ésta el drama de las instituciones, que este año tendrán que arreglárselas con unos más que bajos presupuestos. Con la aprobación en la Asamblea Nacional, el pasado 11 de diciembre de la Ley de Presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2009, el Ministerio de Cultura sufrió una reducción en términos nominales de un 14%.

Si se aplican las fórmulas de inflación y devaluación ese porcentaje podría crecer hasta 25 ó 30%. Es decir, que el sector Cultura recibirá este año una asignación de BsF 939 millones, menos que lo que se calculó para el cierre de 2008 en 1,07 millones.

Son los museos -que en teoría recuperarán su autonomía institucional de la Fundación Museos Nacionales (FMN)- los que han sufrido el mayor recorte: 85%, en comparación con el 30% que se les redujo en 2008.

La razón: se destinó el mayor peso del presupuesto al pago de los más de 800 trabajadores, debido a los problemas laborales de homologación de cargos y sueldos del pasado año.

Por lo que las instituciones tendrán que realizar las programaciones expositivas, actividades culturales, publicaciones, y mantenimiento general de la edificación con un 15% de la partida. Es así como, por ejemplo, el Museo de Arte Contemporáneo, que el año pasado recibió 250 mil BsF, este año tendrá tan sólo 154.630, lo mismo que se le asignó al Bellas Artes.

El Museo de Ciencias dispondrá de 103.088; el Alejandro Otero de 114.500; el Cruz-Diez de 117.779; al Jacobo Borges 103.080; al Michelena 101.000; y a la Galería de Arte Nacional 164.266 mil.

Es decir que, mensualmente, los museos nacionales tendrán solamente para gastar un poco más de 12 mil bolívares fuertes. "Esto es prácticamente un cierre técnico", adelanta uno de los trabajadores de la FMN, que prefiere mantener el anonimato. "A mediano plazo, ¿cómo justificas tener unos empleados preparados y bien pagados si los tienes jugando banca? Con ese presupuesto harás entre una y cuatro exposiciones al año".

"¿Cómo haces si la inflación de este año va escalando a más de 30% y nos dejan con un presupuesto por debajo de eso? Al mes, el museo se va a mantener con lo mismo con lo que yo aportó para mi casa", afirma otro empleado.

Cine dolarizado
En 40% disminuyó el aporte del Estado al Centro Nacional Autónomo de Cinematografía. Así lo informó Iván Zambrano, presidente de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos, quien agregó que si bien no se han anunciado recortes en los apoyos oficiales a la producción, desarrollo de guiones y coproducciones, se verá afectada la industria local, pues los costos de los negativos se han incrementado en 30% y los de los materiales para copias en 70%. El cineasta Diego Rísquez confirmó que en efecto Kodak, principal proveedor de material cinematográfico, tenía una subvención de Cadivi para traer películas vírgenes y lamentablemente ésta ya no existe. "Digamos que todos nuestros insumos son dolarizados, y ahora todo pasó a dólar libre lo que incrementa los costos", comentó.

Afortunadamente, el sector cuenta con el Fondo para la Promoción del Cine. "Las implicaciones dependerán de cuánto sea la recaudación de Fonprocine, que el año pasado generó alrededor de BsF 30 millones; se espera un incremento para este año", comentó Zambrano, al tiempo que informó que el aporte del Estado estuvo por el orden de los BsF 14 millones el año pasado. En el caso del resto de la plataforma del cine (Cinemateca, Amazonia, Villa del Cine) el recorte fue de 30%.

Teatro en el refrigerador
En el teatro no se produjo reducción alguna. Y es que mal podría disminuirse el aporte estatal para el sector cuando está congelado desde hace seis años. Así lo afirma Guillermo Díaz Yuma, director del Centro de Creación Artística, quien aunque está con su grupo entre los que reciben más dinero (BsF 170 mil), considera que es insuficiente para gastos operativos. Carlos Arroyo, director nacional de teatro del Instituto de Artes Escénicas y Musicales del Ministerio de la Cultura, reconoce que al no incrementarse los presupuestos se produce una compleja relación entre los grupos y los costos del nuevo país. "Sin embargo, el Estado siente que debe acompañar a la comunidad no sólo en el tema económico, sino con iniciativas de organización como Uneteatro, apoyo a la circulación de los bienes artísticos, creación del Sistema Nacional del Artes Escénicas y Musicales&".

La danza, por su parte, sufrió un recorte de 40%, según el director nacional del sector, Reinaldo Mijares. No obstante, al igual que Arroyo, piensa que la discusión no debe quedarse sólo en el tema económico.

Dubraska Falcón / Ángel Ricardo Gómez


(EL UNIVERSAL, viernes 20 de Marzo de 2009)

M B A

Juan Carlos Palenzuela

En noviembre de 2005 y en editorial Arte se imprimió Colecciones, pintura, escultura, instalaciones, video arte, tapices; arte europeo, latinoamericano, norteamericano y cubismo y tendencias afines, en el patrimonio del Museo de Bellas Artes de Caracas. Se trata de un libro en formato 30 por 30 centímetros, 346 páginas, a color, diseñado por Alejandro Calzadilla y Manuel González, y con ensayos introductorios de Gradys Yunes y María Luz Cárdenas. La empresa Petrobrás es la patro cinante de esta importantísima obra.

Al momento en que el Ministerio de la Cultura se empeña en degradar la institucionalidad y la pluralidad cultural venezolana, es oportunísima la aparición de este libro. La recién eliminación de todos los logotipos de los diversos entes culturales es el signo de la intención totalitaria que anima al Gobierno Bolivariano.

El nuevo logotipo impuesto, ridículo esquema gráfico de una rana y un perro, repudia la modernidad que caracteriza a la sociedad venezolana. Ese logotipo pretende imponer una imagen indígena como la única expresión visual de la cultura venezolana.

En oposición a ese símbolo que concierne a la deprimida cultura venezolana actual, tenemos el fabuloso tesoro del Museo de Bellas Artes de Caracas. Sólo en una sociedad plural, libre, democrática, ha sucedido el hecho maravilloso de formar una colección de las dimensiones y la categoría de ésta del MBA.

Al recorrer la páginas del libro nos sorprendemos para bien, una y otra vez, de la soberbia colección del MBA, en lo fundamental armada en el período histórico que se inició en 1958.

Este libro muestra la trascendencia de una colección (y el ojo de un director: Miguel Arroyo) en piezas memorables: un bronce de Giacometti de 1962, una tela de Saura de 1959, una acuarela de Léger, una pintura de Augusto Herbin de 1957, un óleo de Braque; las columnas, talla y ensamblaje en madera, de Harry Abend, de 1990; la Estructura Solar de Alejandro Otero, de 1990. Algunas de esas obras ingresaron por donación, tales los casos de Las hojas del árbol caído del español Guinovart, las acuarelas y los dibujos de Picasso, las pinturas de María Luisa Pacheco, las de Beatriz González, o las esculturas de Edgar Negret.

Muy pero muy pocas veces se había logrado publicitar la colección de este museo: Miguel Arroyo lo hizo en un libro de 1975 hermosamente diseñado por Nedo. María Elena Huizi coordinó un Catálogo General en 1980. El investigador José María Salvador concretó dos obras de interés, en 1988 y en 1989. Federica Palomero publicó un ensayo a propósito de una exposición de estas obras en Biarritz, en 1999. Y Corina Michelena y José Luis Blondet dieron a conocer MBA, obra reciente, en 1999. Este último dato recuerda que desde hace siete años no ingresan obras al Museo de Bellas Artes. De esa manera se ha decapitado la institución.

No existe en Venezuela una publicación similar a esta joya bibliográfica consagrada al MBA. Este libro se corresponde a la importancia, a la trascendencia, de una colección al servicio del país. Esto hay que subrayarlo en esta época de desprecio y malas intenciones desde el poder político hacia la cultura nacional. Es muy significativo que el ministro de la Cultura no haya asistido al bautizo de la obra. Gesto de desprecio por un patrimonio, una riqueza cultural y la labor del MBA.


(EL UNIVERSAL, Lunes 17 de Abril de 2006)

Memoria contra la depresión

Ya en 2002 algunas voces advertían sobre el peligro que comenzaba a cubrir a los museos en Venezuela. En este artículo, la exdirectora del MBA, María Elena Ramos, dejaba muy clara la situación. Nadie escuchó.

LA "AMENAZA SE ACTUALIZA" EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES

Memoria contra la depresión

"El bosque ha necesitado siglos para crecer, pero se tala y se quema en pocas horas", advierte María Elena Ramos frente a la amenaza que se cierne sobre los museos del país, especialmente el MBA, una institución que, a 85 años de existencia, se encuentra atrapada en un largo proceso de depresión, reforzado dentro del actual contexto político cuyo Gobierno, como una "premisa revolucionaria", pareciera querer desmontar, ahogar o suprimir los museos. La falta de recursos "generada por la propia ineficiencia de las autoridades gubernamentales" cobra como víctimas y pone
en peligro a estas instituciones de la cultura, subraya Ramos.

Frente al agobio por la falta de recursos, generada por la propia ineficiencia de las autoridades gubernamentales, asoma en el medio cultural la tentación de "racionalizar" instituciones, que puede convertirse fatalmente en la salida de ahogarlas o suprimirlas.

Las instituciones de la cultura están en peligro. Potencialmente todas, pero unas más realmente que otras. El Museo de Bellas Artes entre ellas. Su riesgo no es nuevo, la historia es larga y la amenaza se actualiza en momentos de populismo demagógico, cuando se agudiza el rechazo a lo universal y las vergüenzas por lo bello.

El museo, que se muestra. Las "bellas artes" como un estigma

El museo es sitio de lo visible: muestra obras y se muestra a sí mismo. No puede ex-ponerse lo que no existe. Con el ser tan visible del museo parece muy difícil construir dobles discursos. Difícil ocultarse cuando el mandato es mostrarse. Casi imposible engaño o subterfugio, cuando la obra existe para lo visible, la iluminación real depende de tantos luxes y el museo ha alcanzado casi un siglo. Mientras más sólida la trayectoria y el equipo de un museo, más, por naturaleza, se erige ante el ojo público. Y en su solo erigirse, con fortalezas y fragilidades, existe y resiste.

Cuando se estimula la creencia de que las bellas artes son asunto de élites incapacitadas para la transformación social, se condena al pueblo a una forma de esterilidad, y al Museo de Bellas Artes a la minusvaloración, pues lleva el estigma en el nombre.

Patrimonio. Paradigma del acervo

Siendo además el paradigma del dechado y del acervo, el museo es mucho más que lo visible. Lo expuesto es apenas una parte de la materia, el alma y la memoria que guarda. Eso expuesto viene marcado de aquella sabiduría, de aquella riqueza imprescindible. Lo que vemos no sería lo que vemos si aquella reserva -patrimonial y espiritual- no estuviera a buen resguardo en los sitios silenciosos del museo: con el frío aire acondicionado y con la cálida indagación de los estudiosos. El espíritu de la cultura cuida y se goza en esto. Y, desde este concentrado núcleo, el museo multiplica su radio benéfico a la sociedad toda, y "toca" de manera particular a los que se acercan a él. Pero el espíritu conquistador ve al museo como un centro de poder. Y quiere ubicar el propio nombre entre los constructores de la historia, así penetra el acervo, lo desmembra, lo cambia de lugar, le pone otro nombre. Y logra varias ganancias: deprime a la institución cuyo logro, visible, molesta. Y alcanza, como insigne fundador, los predios de la historia.

MBA: algo de historia

El MBA nace en l917 como el museo de la cultura universal y nacional. En 1938 se instala en sede propia, construida por Carlos Raúl Villanueva. Museo de vocación enciclopédica, como otros de América Latina (Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Museo Assis Chateaubriand de São Paulo, Museo de Bellas Artes de Santiago de Chile, Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana).

Al inicio de los setenta, con sede ya insuficiente, Villanueva crea la nueva ala. Hacia mediados del siglo XX habían comenzado a surgir en el mundo los museos especializados, el MOMA de Nueva York en l929, el Museo de Arte Moderno de París, en l948. En Venezuela el Museo de Arte Contemporáneo en l974 y la Galería de Arte Nacional en l976.

En otros países, ni directivos de la cultura ni nuevos museos especializados pusieron en tela de juicio la razón de ser de los museos universales que les antecedían, los que más bien siguieron creciendo y ampliándose, en colecciones, dimensión y razón de ser en la cultura de esos pueblos. El Museo del Louvre se transformó en l989 en el museo más grande del mundo. Creció el Metropolitan de Nueva York y se remodeló recientemente el Museo de Bellas Artes de La Habana. Habría sido positivo, en Venezuela, que los modos de nacimiento de un museo de la indudable trascendencia de la GAN no hubieran dejado heridas graves al museo-matriz, el MBA en este caso, logro clave de nuestra cultura que seguía llamado a vincular a las nuevas generaciones de venezolanos con la tradición, la historia, la educación universal. Aquellas heridas se recuerdan -y se documentan en la hemerografía- como una de las más graves crisis del medio cultural venezolano en el siglo XX, caracterizada por: eliminación del patrimonio total de arte nacional del museo; cese del uso de la sede principal; renuncia, en inmerecidas condiciones-límite, del director Miguel Arroyo, quien había entregado solidez profesional, honestidad y talento a levantar, entre grandes dificultades, uno de los museos más respetados de América; entrada a un largo período de depresión, disminución de calidad programática, confusión de objetivos y, particularmente grave, progresivo desdibujamiento del perfil universal del museo.

Curaduría y autonomía

Bellas Artes representa en Venezuela por antonomasia al museo curador y con curadores, consecuencia lógica de sus múltiples colecciones. Una estructura curatorial golpeada en los años setenta y amenazada hoy de nuevo por las mismas causas: los curadores son especialistas que representan autonomía de especialización y libertad de criterio. Los curadores son mal vistos por los comisarios culturales, como son mal vistos -en lo amplio- los intelectuales durante procesos autoritarios. Esto, de tan rutinario en ciertos países, resulta ya un cliché. Sorprende en el nuestro, y en un medio cultural donde ese tipo de clichés no ha sido norma sino excepción, eso sí, reiterada y ahondada con los años: el MBA, museo curador por excelencia, puede contar historia.

Deprimir al otro

Sugiere el maquiavelismo político "deprimir al enemigo", bajar su autoestima, aislarlo, reducirlo. Que llegue a avergonzarse de lo que creyó razones válidas de su lucha, para que empiece a dudar de sí mismo.

En la guerra museológica de los setenta a Miguel Arroyo lo acusaron de "esteticismo rigorista". En la revolución cultural del 2001, se llama "oligarcas" a 18 presidentes de instituciones culturales y "principados" a las instituciones que dirigen. Pero no sólo se intenta deprimir al "otro" que es persona; se deprime a un grupo, una institución, al conjunto de equipos de la cultura. Es el mismo viejo estilo con el que se deprime sociedades enteras. La nuestra es una sociedad deprimida en gran parte porque no logra construir erigiendo. Al contrario, lo que logra construir, sus logros visibles, son amenazados por la sistemática agresión que cada vez deja rodar por el despeñadero la piedra de Sísifo.

La idea de "desmontar". Una premisa revolucionaria

Todos nos alegraríamos si el proceso político actual desmontara la corrupción, la pésima educación, la inseguridad ciudadana, la violencia, la ineficiencia. Pero todo esto sigue fuerte, sólido, cada vez mejor "montado". Vemos, en cambio, que sí se están desmontando lo que ha sido logros de décadas, con un alto costo para el país. Se intenta desmontar, entre otras de valía, la estructura petrolera, la militar, la cultural. Parecería quererse desmontar los museos. El bosque ha necesitado siglos para crecer, pero se tala y se quema en pocas horas.

¿Para qué más tiempo? ¿Para qué más poder?

En el trabajo de los museos la gente del medio cultural muestra su paciencia hacedora y su ser constructivo. Mucho esfuerzo silencioso y poca labia. Especialización. Entrega. Mucho a ser evidenciado, luego, en lo visible. Son muy otros los modos de la demagogia y la politiquería. Cuando priva lo esencial de la cultura, tiene preeminencia el hacer, el saber. Cuando empieza a privar lo político tiene prioridad el poder: o tenerlo, o temerlo.

El talante del poder por el poder desborda cualquier afán de concreción realizadora, simplemente va a lo suyo: quiere más poder. El Presidente de la República quiere llegar al año 2021. El Viceministro de Cultura quiere ser Ministro. Quieren más tiempo, más espacio. Si no han sabido apropiar, con logro, el tiempo que les toca, si no se ocupan eficazmente de lo que les dicta el mandato: hacer -y hacerlo bien-, ¿por qué, y sobre todo para qué, se preocupan por más espacio y por más tiempo?

Un dirigente nunca posee el objeto que dirige. Sólo "posee" el tiempo de su acción, pasajero en sí, durable sólo como memoria y como historia. Así decimos: "esto se construyó en el tiempo del presidente X"; "esto se dejó morir en el tiempo del director Y". En tres años del país, y en apenas dieciocho meses de "revolución cultural" se muestra cómo en poco tiempo puede arder un bosque.

Del coraje y del coraje

"Coraje" tiene acepción doble. La cultura lo necesita como valentía, esfuerzo, valor. Ese coraje permanente de muchos la hizo fuerte por años. Pero otra acepción de coraje implica ira, irritación, furor, eso que hoy abunda. La historia universal sabe que las furias personales de los líderes pueden convertirse en catástrofes nacionales y hasta en guerras mundiales.

A lo largo de los últimos treinta años el MBA ha sido objeto de un foco de coraje belicoso. ¿Por qué? ¿Qué ha hecho en sus 85 años, con sus inmensas virtudes y sus evidentes necesidades, que, habiendo ganado el apoyo y el respeto del país entero y de la comunidad cultural internacional, haya recibido tan particular encono?

Ideología y persona

Algunos tics tienen origen claramente sectario. El del desprecio a las bellas artes, el del rechazo a la idea de universalidad, el de la estrategia del "desmontaje" pueden leerse en clave ideológica de totalitarismo.

Pero algunas ideologías se apropian más hondamente cuando hay características de la persona que encuentran en ellas resonancias entrañables. Así, aquellos rechazos y afecciones "florecen" en el terreno del resentimiento, hoy abonado.

El hilo conductor

Un hilo recorre casi todos lo fragmentos anteriores, y es la presencia en ellos de un personaje único en nuestra cultura, Manuel Espinoza, actual Viceministro. Los más jóvenes llegaron hace poco y no conocen buena parte de esta historia. Tan sólo ven con estupor lo que sucede. Otros la fueron conociendo pero nuestra idiosincrasia se acoge con frecuencia a la "salud" que ofrece el olvido. Acaso por eso estamos tan condenados a la "enfermedad" de repetir lo que nos hace daño. Pero se comprende una razón positiva también en este "olvido": es preferible y saludable apostar a las facetas constructivas de la persona y, en ese sentido, sería mezquino no reconocer los aportes de una personalidad como la de Espinoza a la cultura en Venezuela. Muchos en nuestra juventud estuvimos vinculados a proyectos movidos por su entusiasmo y por el aspecto más constructivo de su persona, faceta que deja al país, además de la inmensa significación de la Galería de Arte Nacional, el logro, por ejemplo, de un anhelo muy antiguo, la creación del Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón.

Muchos, desde hace mucho, creímos en su liderazgo, más luego aprendimos a discernir lo luminoso de lo oscuro, manteniendo específicas zonas de respeto -la elevación del nivel de la educación artística claramente entre ellas-. Muchos hoy se sorprenden de que, con tales virtudes, se pueda producir tanto daño, lo que a otros no nos sorprende, pues lo vemos como el ahondamiento de un carácter complejo como pocos, único en nuestro medio cultural, y la esperable expresión de una trayectoria de vida. Ya Sartre decía: el hombre está por ser lo que es.

Y precisamente por eso este artículo, porque me temo que su personal apoteosis, dados sus vínculos radicales con un gobierno que golpea gravemente a la cultura, puede llevar al desmontaje y la muerte de instituciones culturales que son clave, que debemos defender como parte del alma del país, el MBA -su extraño preferido por décadas- entre los primeros.

Aún parece ser tiempo para que nuestro Viceministro honre -y se honre a sí mismo en ello- al Museo de Bellas Artes de Caracas, una de las instituciones patrimoniales más valoradas y respetables de América.

Es urgente que lleguen los recursos. Pero más urgente que se valore la real significación de los museos para el país y su necesidad de vitalidad y pervivencia.

María Elena Ramos. (Ensayista y crítico de arte, ex directora del MBA)

(EL UNIVERSAL, Vervigracia, Nº 38, Año V, sábado 22 de Junio de 2002)